Tenemos vida eterna
1 Juan 5:11
"Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo."
Contexto Biblico
La Primera Epístola de Juan fue escrita para dar a los creyentes seguridad de su salvación y para reafirmar los fundamentos de su fe. En el capítulo 5, Juan resume su mensaje, enfatizando que la fe en Jesucristo como el Hijo de Dios es la victoria que vence al mundo. Los versículos previos a esta cita hablan del "testimonio de Dios," que es la verdad que Él ha revelado. El versículo 11 es la declaración directa y clara de cuál es ese testimonio.
Enseñanza
Es una declaración fundamental sobre la promesa central del cristianismo: la vida eterna. Juan afirma que esta no es una esperanza incierta, sino una realidad y un regalo presente que Dios ha dado. El punto crucial es que esta vida eterna no se obtiene por méritos o por buenas obras, sino que se encuentra "en su Hijo," Jesucristo. Esto significa que la vida eterna es inseparable de una relación personal con Jesús. No es solo un destino futuro, sino una nueva calidad de vida que comienza en el momento de la fe en Él.
La Promesa Central
Dios nos ha prometido la vida eterna, un regalo de valor incalculable que supera cualquier otra promesa.
La Vía para Obtenerla
La promesa de vida eterna no es abstracta; está anclada en una persona: Jesucristo. La única forma de acceder a esta promesa es a través de la fe en Él.
Seguridad y Certeza
La palabra "testimonio" indica que esta promesa es un hecho verificado y confiable. Por lo tanto, los hijos de Dios pueden tener la certeza y la seguridad de que ya poseen la vida eterna a través de su relación con Jesús.