Un fuerte Amor
1 Pedro 4:8
"Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados."
La enseñanza principal aquí es que el amor debe ser la máxima prioridad entre los creyentes. La palabra "ferviente" (ektenes en griego) significa un amor intenso, persistente y genuino, que se extiende a su máxima capacidad. La razón de este mandato es profunda: "el amor cubrirá multitud de pecados". Esto no significa que el amor ignora el mal, sino que tiene el poder de perdonar, de no guardar rencor y de pasar por alto las ofensas y debilidades diarias que, de otro modo, podrían destruir una relación. El amor no lleva un registro de las ofensas, sino que elige el perdón.
Un amor que lucha por la relación
El amor ferviente en una pareja es un amor que no es pasivo o tibio. Es un compromiso activo y apasionado que elige luchar por la relación, incluso cuando es difícil, en lugar de luchar contra la pareja.
Perdonar lo pequeño y lo grande
En el día a día de una pareja, es fácil acumular una "multitud de pecados": un comentario descuidado, una promesa olvidada, un malentendido. El amor que "cubre" esos pecados es el que elige perdonar en lugar de guardar rencor. Este tipo de amor no lleva la cuenta de los errores, sino que ofrece gracia, creando un espacio seguro donde ambos pueden ser imperfectos sin temor al juicio o al resentimiento.
Un amor que sana
Cuando el amor se convierte en el principio rector para manejar las fallas, las heridas no se infectan y se pudren con la amargura. En cambio, el perdón y la gracia actúan como un bálsamo que sana y fortalece el vínculo, haciendo que la relación sea más resiliente y capaz de soportar las imperfecciones humanas.